La Casa de Cultura de Juchitán “Lidxi Guendabiaani” (que en zapoteco del Istmo de Tehuantepec significa casa de luz o inteligencia) fue restaurada tras los daños del sismo de 8.2 grados de intensidad en 2017, como parte de las obras de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) en colaboración con autoridades estatales, municipales, fundaciones y asociaciones civiles involucradas.

Su reconstrucción abarcó salas de arte prehispánico, arte moderno, auditorio y biblioteca, para lo que reunió a su director Michel Pineda con Joel Vásquez, director del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Oaxaca; Hazam Jara, director del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO).

Manuel Aguilar, jefe de Resguardo de Bienes Culturales y Ricardo León, jefe de museógrafos, ambos del INAH; Guillermo Santos, representante del Secretario de las Culturas y Artes de Oaxaca. Además, el arquitecto Joao Boto; el doctor en antropología Marcus Winter; la arqueóloga Cira Martínez, adscrita al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

Y por supuesto Sara López Ellitsgaard, presidenta de la Asociación Amigos del IAGO y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB), asociación civil fundada en 1997. Ambas instituciones con la misión de conservar sus acervos.

La reunión colocó la cereza del pastel, la instalación del Museo de Arte Prehispánico, con más de 2000 piezas, abierto de lunes a sábado, para que no sólo los 42 municipios del Istmo, sino todo México y el mundo aprecien el patrimonio arqueológico de los zapotecas del sur y valles centrales, y de las culturas mesoamericanas, como la teotihuacana y olmeca del Bajío, Guerrero y Colima.

La capital oaxaqueña y sus ocho regiones pueden presumir su patrimonio cultural. Así, Michel Pineda, director de Lidxi Guendabiaani, destacó para el diario Milenio la singularidad de esta muestra por la presencia de “un hacha ceremonial única, de la cual sólo existen cinco ejemplares en el mundo”.

Y en entrevista para Mil Mesetas, enalteció este “esfuerzo conjunto entre el gobierno de la República, a través del área cultural (INAH); RootStudio, el despacho de arquitectura que se sumó al proyecto lejos de generar economía, sino solidariamente porque son a quienes el maestro Francisco Toledo les tenía confianza; Amigos del IAGO, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO), Casa Lamm y el municipio de Juchitán.

La idea de la Casa de Cultura es seguir preservado nuestras tradiciones. Juchitán es una ciudad distinta porque todavía la cultura se vive en las fiestas, desde que uno nace hasta que muere. Hay distintas formas de entender la vida. Todo se conjunta en la Casa de Cultura, que es punto medular en donde se guardan y registran estos acontecimientos de manera artística: poesía, literatura, escultura, música, antropología, historia, danza”.

MM: Como director, tu opinión respecto al trabajo que se ha venido haciendo desde Toledo, Macario Matus, y si nos remontamos, la labor de generaciones previas con los escritores Andrés Henestroza y Gabriel López Chiñas, cuya biblioteca pública fue reconstruida por RootStudio desde 2020 con edificación sustentable.

MP: La gran tradición que nos dejó el maestro Víctor de la Cruz, Toledo, Matus. La arquitecta restauradora Sofía Musalem, muchísima gente que por aquí pasó y sumó su granito de arena para crear esta Casa de Cultura. Ahora, nuestra intensión como jóvenes que llevamos la dirección de la Casa de Cultura es seguir restableciendo estos lazos.

Una Casa de Cultura que se abra a lo global sin perder lo profundamente local que somos como zapotecas, binnizá (gente que proviene de las nubes). Nuestra importancia es seguir documentando lo que se hizo y se está haciendo, para que nuestra cultura florezca. Ahora más que nunca en este país que se volvió un poco violento, nuestra idea es que sea un bálsamo para estas cuestiones sociales, que la cultura genere artistas y personas de buen corazón.

MM: ¿Cómo está la proyección de Lidxi Guendabiaani este 2025 respecto al zapoteco? ¿Cómo impulsar la Escuela de Artes Plásticas y Visuales en Juchitán?

MP: Para nosotros es importante preservar nuestra lengua materna, el didxazá (zapoteco). Desde hace diez años venimos trabajando con el maestro Toledo, profesores y escuelas para revitalizarla. Ahora también se estarán haciendo cuadernillos, talleres, juegos didácticos, materiales impresos.” Además continúa piano, guitarra, música prehispánica y danza en la sala de música restaurada.

“Respecto a las artes, es importante profesionalizar a nuestros artistas de la región del Istmo, por eso se hizo el convenio con la UABJO, para crear la Escuela de Artes Plásticas y Visuales, ya van dos grupos que se inscriben, llevamos segundo y cuarto semestre, es importante que la Casa de Cultura participe, tendrá la sede próximamente en el portal de los símbolos patrios”, finalizó el artista visual.

Francisco Benjamín López Toledo
Lidxi Guendabiaani reabre exponiendo la gráfica “Dooxqui’ Gueela’” (La noche más larga o las entrañas de la noche) de Toledo (1940-2019). Así, el recinto adaptado como Casa de Cultura en 1972 por este pintor internacional, rememora con sus grabados lo vivido durante el temblor, y honra que él los haya donado en 2017 para reconstruir su tierra natal y apoyar a sus paisanos afectados.

Para este promotor cultural, la gráfica fue una técnica que exploró cuando vivió en la capital oaxaqueña, en los años 50’s. Por eso fundó el IAGO en 1988. Y en conmemoración a su pasión, su imagen resguarda actualmente el exterior del edificio cultural.

“Tengo una formación gráfica desde temprana edad cuando llegué a estudiar a Oaxaca en 1953 a la Escuela de Bellas Artes y en 1955, a la edad de 15 años, entré al taller de grabado de Arturo García Bustos, continué en la Escuela de Diseño y Artesanías en la Ciudadela en la Ciudad de México, después en París hice litografía, y a mi regreso continué con el grabado en madera y metal. He hecho cerámica, objetos, dibujos, pinturas y acuarelas, un poco de todo”, narró en 2018.

Por ello, para conmemorar al fundador de Lidxi Guendabiaani, los Amigos del IAGO destacan la inclusión de grabados que el artista plástico realizó en los 70´s, cuando comenzó la Colección Toledo, incluyendo libros que editó en Juchitán y publicaciones de la Revista Guchachi’ Reza (el camino de la iguana).

Como bien señala My diary of art en “Francisco Toledo: Arte, raíces y resistencia”, él transformó Oaxaca y México con su talento y su lucha. Desde su infancia en Juchitán hasta su formación en París con Rufino Tamayo, creando un estilo único e irreverente inspirado en artistas como Durero y Chagall.

Así, el también fundador del IAGO y del Centro de las Artes de San Agustín, convirtió a Oaxaca en un referente artístico mundial, pues su arte era también su causa. No se limitó a ser un gran pintor, sino un valiente defensor del maíz nativo, la libertad cultural y las lenguas indígena

Y paralelamente a la reapertura de Lidxi Guendabiaani, el periódico La jornada reporta la exposición en el IAGO hasta abril de “Gráfica Toledo, 1976-1987”, con 41 piezas inéditas de su estancia en París, cuando trabajó en el reconocido taller Clot, Bramsen & George; llitografías que muestran su experimentación de colores.

También, su lente fotográfico en “Lu’ Biaani” (Ojo de luz) está hasta febrero en la 52 edición del Festival Internacional Cervantino de Guanajuato. Procesos puede visitarse en la galería Hermenegildo Bustos, Franz Kafka, en el Corredor Artístico, y las Fábulas de Esopo, en San Miguel de Allende. Y además, hasta abril se exhibe “Grabador de enigmas” en el Museo del Estanquillo de la CDMX, que narra la naturaleza y las mágicas leyendas de los pueblos originarios oaxaqueños.

Antesala política por acuerdos culturales
Lidxi Guendabiaani es la primera Casa de Cultura en México de la cual se tiene registro. Inicialmente el predio era un convento dominico, que tras la Reforma se transformó en cuartel militar en el siglo XIX, y posteriormente se ocuparía como secundaria.

En este conjunto arquitectónico, impulsado en 1972 por el Secretario de Educación Pública, se incendió el mercado principal de Juchitán y dañó al palacio municipal, que intentarían demoler. Finalmente Toledo rescataría un espacio como Casa de Cultura.

Lidxi Guendabiaani fue escenario de luchas sociales en los 80’s de la mano de la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI). Como Toledo avizoró han pasado por sus puertas personalidades como Eustaquio Jiménez Girón “Taquiu Nigui”, Chava Flores, Horacio Guaraní, Carlos Monsiváis, Eraclio Zepeda, Graciela Iturbide.

Y fue el refugio de la caravana del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional en 2001, como relata para Mil Mesetas Flavio Sosa Villavicencio, Secretario de las Culturas y Artes de Oaxaca (Seculta): “A la COCEI la desgastó el tiempo, pero Toledo sigue vigente imponiéndose, marcando perspectiva del futuro, no es sólo un pasado heroico como sociedad juchiteca sino promoción de arte y cultura, tenía propuesta social y política.

Toledo está cargado de simbolismos, me recuerda lecturas infantiles del Cid Campeador que ganaba batallas después de muerto. Y en el presente, demostró que sus ideales se hacían realidad, construyó varios centros culturales: Santo Domingo, IAGO, San Agustín con el Centro de Artes.

Generó perspectiva plástica, fotografía, orfebrería, masificación de objetos de arte, industria Editorial Calamus. Marcó rumbo en el futuro glorificando el pasado. Derrotó a un terremoto creando cocinas comunitarias en la 7a sección de Juchitán, la zona más vulnerable. Promovió talleres de arte, arquitectura vernácula en la construcción, cuidó celosamente joyas prehispánicas hoy exhibidas.

La presencia de Sabino Guisu, reivindicando al Cocijo como divinidad zapoteca para alzar la voz 500 años después de la conquista; Demián Flores, el mismo Michel Pineda, habla de generaciones que Toledo acompañó en un arte cuestionador de la realidad, donde su inspiración en la pintura rupestre rompe cualquier etiqueta, se sale del molde.

Su ‘Pinocho’ se anticipa al de Guillermo Del Toro, como investigación sociológica de influencia en la sociedad juchiteca, de ahí ‘El Bestiario humano’ y su diálogo con José Emilio Pacheco. Y además, seguidor de Franz Kafka en ‘Informe para una Academia’ adopta a Pedro el Rojo”, un chimpancé humanado que elige la falsa libertad del hombre para salir de su jaula, cuya prueba clave fue aprender a descorchar y beber aguardiente.

Para Sosa, uno de los 264 consejeros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y hoy encargado de impulsar las 16 etnias y al pueblo afromexicano, “el ecosistema de Toledo convoca a todos los personajes sociales que giran alrededor: ‘Nuevo catecismo para indios remisos’ de Monsiváis; Desiderio de Gyves, Henestroza, Matus con su carácter erótico y la reivindicación de la lengua, el más grande legado de la COCEI.

Si la lengua no se habla en la calle, no es fácil sólo aprenderla en la escuela. Se impone la modernidad, la fugacidad de la noticia. Seculta defiende el patrimonio cultural, retoma valores prehispánicos que difunde entre las regiones oaxaqueñas, acerca lenguajes universales, como la música, y desarrolla los propios. El Estado no genera cultura, somos promotores.

Por eso, nos reunimos previo a la reapertura de Lidxi Guendabiaani con Omar Vásquez, director del centro INAH-Oaxaca, Joao Boto, cofundador de RootStudio, Francisco Reyna, subsecretario de cultura, Israel Regalado, coordinador de la Escuela de Artes Plásticas y Visuales de la UABJO, Michel Pineda y Sara López.

Y posteriormente también con Claudia Curiel, Secretaria de Cultura del Gobierno de México, Diego Prieto, director del INAH, Isabel Grañén, presidenta de la FAHHO y Miguel Sánchez, presidente municipal, para manifestar la voluntad del gobierno de acordar un presupuesto con el apoyo federal, estatal y donaciones, tipo órgano público descentralizado, donde Lidxi Guendabiaani siga determinándose autónomamente.

La propuesta es un sueldo al director y maestros, que el INBAL siga pagando a los restauradores y que los artistas aporten, para que siga siendo un punto magnético, el epicentro de la cultura en el Istmo, junto al templo de San Vicente Ferrer, otro símbolo que acompaña a la Casa de Cultura, donde todo ritual tiene carácter de sagrado”, concluyó el incitador del movimiento femenil Radio Cacerola en 2006, quien además consideró que la carretera al Istmo es justicia social.

Esa noche, Curiel resaltó la trascendencia de Lidxi Guendabiaani como uno de los espacios más importantes del país para preservar nuestro legado cultural. Prieto destacó la fuerza, resistencia, resiliencia y capacidad del pueblo juchiteco para levantarse de la tragedia, y el gobernador estatal, Salomón Jara, destacó el apoyo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, gracias a los recursos destinados al sur del país.

Brindis y encuentros magnéticos en el ombligo de la luna
Mil Mesetas platicó con Sara López, hija de Francisco (“Chico”) Toledo, su diminutivo de cariño en Juchitán, sobre esta reapertura: “Para nosotros es importante dar continuidad a un proyecto que comenzó el maestro Toledo con la intención de que existiera en el Istmo un espacio para los jóvenes donde pudieran tomar talleres, leer y apreciar muestras artísticas.

Ha sido un proceso muy largo el de reconstrucción, no solo de la Casa de la Cultura, sino de la región que fue afectada por el sismo del 2017. Para nosotros es un gusto poder apoyar y estamos muy agradecidos con todos aquellos que confiaron en el maestro para hacer llegar sus donativos a quienes lo necesitaban.

La Casa de la Cultura dejó de dar servicio muchos años y ahora creo que está en todos nosotros; tanto gobierno, como asociaciones y civiles, que no vuelva a suceder esto, que mantengamos estos espacios abiertos, con vida, y que cuidemos el patrimonio, esta Casa de la Cultura que ha formado a generaciones de artistas”.

Así, presenciamos la renovación de un recinto cuna de grandes artistas, como el cantautor, director del Centro Cultural Macario Matus y académico en la Universidad de las Lenguas Indígenas de México, Feliciano Carrasco Regalado, en entrevista para Mil Mesetas: “Me llena de alegría saber que de nuevo Lidxi Guendabiaani vuelva a abrir sus puertas.

En Juchitán la cultura y el arte no duermen, son parte fundamental para que siga creciendo la comunidad de nuevos jóvenes talentos, que requieren de este espacio tan importante y necesario. Por esta institución han pasado generaciones de pintores, poetas, músicos y compositores zapotecos. Enhorabuena por nuestra gente. Que siga pues corriendo el arte, la cultura y la lengua nube. ¡Salud!”.

“En la Heroica Ciudad de Juchitán de Zaragoza, atestiguamos la reapertura de la Biblioteca Pública Municipal Lidxi Guendabiaani”, señaló el rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), Cristian Carreño. Con una inversión mayor a 30 millones de pesos, del gobierno federal y FAHHO.

Aquí mismo, como muestra la foto de portada cortesía del INAH, en el corazón de Juchitán tan simbólico de la identidad teca, se reedificó el templo de San Vicente y el Palacio Municipal, ambos mediante el Programa Nacional de Reconstrucción del gobierno federal, que destinó a Oaxaca una inversión cercana a mil millones de pesos para reconstruir 301 inmuebles históricos.

Los tecos caminaron con oraciones, cohetes y banda en procesión para llevar a San Vicente de vuelta al altar. La parroquia rehabilitada por el Instituto de Patrimonio Cultural de Oaxaca deslumbró con el trabajo del artista contemporáneo Demián Flores Cortés, quien publicó: “agradezco la invitación para contribuir con el diseño de la reja que divide la Casa y el Templo de San Vicente.

Vendrán años de gloria cultural para las nuevas generaciones que escribirán sus propias historias. Hoy se reabre nuestra querida Casa de la Cultura. Generaciones y generaciones de juchitecos, que hemos sido cobijados por este emblemático lugar fundado por el maestro Toledo, lo celebramos. ¡Viva Juchitán! ¡Viva la Casa de Cultura de Juchitán!”.

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